Siempre me ha gustado la fotografía, yo imagino que los que visitáis Canonistas o a mí, en mi WEB os pasará lo mismo, os encanta y seguro que os pasáis horas disfrutando de ella.
Ahora después de que el verano esta acabando inicio de nuevo mis entradas que espero todavía me sigáis, aunque estas cosas nunca se saben.
Ahora la verdad es que con los teléfonos móviles todo esto se está haciendo tan tan fácil que ya muchos no quieren usar la cámara, pero os aseguro que una buena foto con una cámara FF no la sacáis de momento con un teléfono, es cierto que el SW que llevan estos aparatejos es tan bueno y además los procesadores internos tan potentes que de verdad hacen fotos muy decentes.
No obstante, a mí me gusta las cámaras de fotos y trabajar la imagen, y no digo que no haga fotos con el teléfono, pero sólo en casos muy puntuales.
Si recapacitamos un poco cuando hacemos una fotografía simplemente fijamos de forma digital una “ventana del pasado” si es como que “congelamos el pasado” y luego a nuestro antojo podremos regresar a ese pasado cuando queramos, aunque suene un poco cursi, es cómo “manejar” el tiempo.
En esas fotos podemos ver a gente que ya no está aquí con nosotros y podemos revivir en esa foto esos momentos quizás estupendos e irrepetibles, en fin, es algo que creo no nos llegamos a dar cuenta de lo que es.
Mi caso con respecto a la fotografía es quizás un poco especial ya que mi padre me inicio cuando no tenía ni 14 años, ya ni siquiera recuerdo cuando fue exactamente cuando comencé, pero me gustaba tanto que llevaba la cámara al cole para hacer fotos de aquella situación (las tengo estupendas) y los “compas” se reían de mí, fijaros si hubiesen sabido lo de los móviles ahora.
Recuerdo que mi padre me revelaba las fotos y me enseñaba muchas cosas de las que ahora aplico, era un buen aficionado a la fotografía y eso que tenía una cámara que le dio mi abuelo ya muy antigua que ahora que además la tengo y creo que os la he enseñado alguna vez.
Aquí la tenéis.